lunes, 17 de noviembre de 2014

Y se parecía a...

Y se parecía a la palabra nunca, a ese tren que tantas personas pierden, a esas patatas que se queman sin saber por qué otras quedan crudas, a ese 4,9 en un examen, a ese fin de mes al que algunos no llegan, a esa carrera que no terminas porque te falta aire.
Se parecía a un hoy me quiero morir, a un tierra tragame, a un hoy no me quiero levantar y puede que nunca más tampoco.
Se parecía a mirar sin gafas, a ir ciego de alcohol, a veces llorabas otras reías, pero que dolor al día siguiente, porque siempre siempre dolía como una resaca.
Se parecía a los sueños imposibles, a un mar en un desierto.
Se parecía a la lotería que compras y que nunca toca, al globo que se te escapaba de pequeño y nunca alcanzabas de nuevo.
Se parecía a querer y no poder, a no llegar, a todo por nada, a nada con todo, a nunca siempre, a siempre nunca.
Se parecía a no olvidar, a un si no lo escribo me muero, y que bien me quería matar.
Era un llorar mares, y que pena que nunca se ahogara nadie.

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