martes, 8 de enero de 2013

Adiós niñez.

Todo el mundo ansía crecer, vivir sin limitaciones para poder ser libre.
Como es lógico, si la vida sigue su curso con normalidad esto acaba pasando, un día sin darnos cuenta dejamos de ser niños.
Un día de la nada dejan de ponernos hora para llegar a casa, dejan de preocuparse por si hemos estudiado para un exámen, dejan en nuestra mano todo tipo de decisiones sin importar si actuamos bien o no.
Incluso un día deja de preocupar si te quedas en la cama sin hacer nada de lo que debías hacer, dejan de preocupar los suspensos, si sales mucho o poco, a donde vas y con quien.

Dejan de existir interrogatorios, preguntas, consejos y charlas que entraban por un oído y salían por el otro.
Se te acaba imponiendo un lema de vida que consiste en "si la cagas, la cagaste tú por tu cuenta".Un día es tal la indiferencia que tiene tu alrededor hacia ti, que empiezas a preguntarte si el problema eres tu, ellos o el simple hecho de "haber crecido".

Un día lo asumes, asumes que te toca estar solo ante la vida, que solo tu cuidas de ti mismo, que solo tu puedes tomar tus decisiones, que nadie hará nada por ti.
Bienvenido a tu desprendimiento de la "inocencia".